-Claudia, ¿estamos esperando a alguien más?, es que la silla que hay al lado de tu hijo esta libre.
-Pues la verdad es que falta la novia de Alex que ha ido al baño. Sólo oír eso, se me puso la cara blanca y él lo notó.
-Oye Valen, que te pasa-. Me preguntó en tono amable con esos ojos que me encantaban.
-¿Qué? Amí, a-a-mi nada, estoy perfectamente-. Fingí. Nosé porque pero noté como si una punzada me diera en todo el costado.
-Bueno, si tu lo dices.-Respondió. Y como si de una película se tratase, vino ella; con un vestido rojo hasta un poco más bajo del culo, los labios también rojo pasión y el pelo rubio hasta la cadera; en definitiva una Barbie de las caras. Me quedé embobada inspeccionándola.
-Oye...Eooo...
-¿Qué-qué?-. Dije desconcertada-. Te presento a mi novia Carmen.
-Ah, encantada, yo soy Valentina, pero llámame Valen.- Me dio dos besos y se sentó al lado de Alex.
-Bueno, y ¿cuántos años tienes?
-Yo, 13 años y ¿tu?
-16 y medio, como Alex.- Sonrió. Debe de estar pensando ''vaya criaja de 13''.
-Bueno ¿y que vais a pedir?- Pregunté para cambiar de tema.
-No sé, no es que tenga muy buena pinta la carta, pero por ahora pediré un poco de vino tinto-. Respondió Alex.
-Yo creo que lo mismo, no veo muy buen resultado la carta-.Dijo ella, ¿Vino tinto, por favor quien se puede beber eso.-¿Y tú?
-Yo, un poco de agua, es que no me sienta bien el vino en la cena-. Respondí escabullendome de tener que quedar mal.Nos trajeron las bebidas y un poco de queso con jamón; como en todos los restaurantes para entrante.
Todavía no comprendo por que estuvo Alex esta mañana haciéndome crear ilusiones, si él tiene novia; de verdad; lo odio. Pero lo que tengo que ver no es que sea de mi agrado, ésta tal Carmen no para en toda la cena de darse arrumacos y besos con Alex; yo tengo unos límites pero no tiempo suficiente para poder controlarlos. Y mi paciencia se ha esfumado, cuando una de las piernas de Carmen han dado contra las mías, ¿intenta darme envidia o es que se ha equivocado pensando que era la pierna de Alex? No, ahora me mira maliciosamente, su mirada es como si gritara ''muérete de envidia, zorra''. En ese mismo instante, hice como si fuera a coger un trozo de queso y empujé rápidamente la copa de vino de Carmen hacia su vestido.
-¡Ahhhhh! ¿¡Pero que haces!?- Gritó histérica.
-¡Upsss! Perdón, ha sido sin querer.
-¿¡Sin querer!? ¿Te he visto como te acercabas y empujabas la copa, niñata!
-Nadie lo diría se notaba que estabas muy entretenida metiéndole mano a tu novio.
-¡Envidiosa!-
-¡Guarra!-.Y dicho eso, salí del restaurante.
Qué bien que vuelvas a escribir esta magnífica historia, enserio :D
ResponderEliminarEspero que subas el siguiente capítulo cuando puedas,
Paula*
P.D: Me encantaría que te pasaras por mi blog, http://amartearabiarellibro.blogspot.com/
te espero allí :)
O dios mio! me encanta! es la caña! :) sigue asi! :) Un besazooo1
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